10.1.18

dios en el dolor de muelas

cultura cientíƒica

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Pero en otoño de 1654 Blaise Pascal sufre una profunda depresión. Su padre había muerto en 1651 y su hermana Jaqueline había ingresado en un convento. Entonces, se produce su conversión religiosa, tras un “accidente de tráfico”.

La noche del 23 de noviembre de 1654 Blaise Pascal iba dando uno de sus habituales paseos en coche de caballos al Pont de Neully. Al entrar en el puente los caballos se espantaron saltando el muro del mismo, pero antes de que estos en su caída arrastraran al carruaje, y a Blaise que estaba dentro, los enganches cedieron, quedando el carruaje, y en consecuencia también su pasajero, sobre el puente. El matemático se salvó de milagro.

Pascal vio este suceso como un mensaje de Dios y experimentó una especie de éxtasis religioso (esa misma noche del 23 de noviembre escribió su pensamiento sobre la experiencia en un texto de una hoja conocido como el Memorial, que está plagado de menciones a Dios), abandonando a partir de ese momento las matemáticas y la ciencia, para dedicarse por entero a la teología.

En ese periodo de tiempo dedicado a la religión escribe sus obras Lettres provinciales –Cartas provinciales- (1656-57) y los Penseés –Pensamientos- (se publicaría póstumamente en 1669), una defensa de la religión cristiana y una reflexión sobre el ser humano.

Pascal había abandonado completamente el estudio de las matemáticas. Pero ocurrió que una noche de 1658 sufría un terrible dolor de muelas, o quizás uno de los primeros dolores de cabeza que serían permanentes en sus últimos años de vida, y para intentar distraerse del dolor que sufría decidió dedicarse al estudio de la curva cicloide. La cicloide es la curva geométrica que describe un punto de una circunferencia que rueda sobre una línea recta.

Mientras trabajaba esa noche en la cicloide, el dolor de muelas cesó, lo cual fue interpretado por Pascal como que el estudio de las matemáticas no desagradaba a Dios y volvió de nuevo a dedicar parte de su tiempo a la investigación científica.

Por desgracia, en 1659 la salud de Blaise Pascal se deterioró mucho, por lo que tuvo que abandonar definitivamente el estudio de las matemáticas. Finalmente, el 19 de agosto de 1662, a la edad de 39 años, murió este gran científico, del que siempre se ha especulado sobre lo mucho que podría haber hecho, dado su gran talento para las matemáticas, si su vida hubiese transcurrido de otra forma.

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RAÚL IBÁÑEZ
“Blaise Pascal, Dios y la cicloide”
(cultura científica, 10.01.18)

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